Últimamente he estado experimentando con diversos productos financieros; volví a sacar una tarjeta de crédito después de mucho tiempo, y hace una semana pedí por primera vez un préstamo inmediato, que me dejó varios aprendizajes.
Mi razón no se trató de una emergencia médica o algún imprevisto de ese estilo. El motivo, en mi caso, fue que se juntaron varios pagos fuertes en un solo mes y me propuse liquidarlos todos; lo cual me dejó con muy poco dinero para sobrevivir los siete días que faltaban para que llegara la quincena. Pensé en pedir prestados mil pesos a mis padres o algún amigo, pero decidí hacer el experimento de pedir un préstamo exprés.
Decidirse a pedir un préstamo
Pedir un préstamo por internet me ayudaría a salir de paso y de paso, podría probar la experiencia que hoy puedo escribir sobre el tema. A continuación les relato cómo fue el proceso, los puntos buenos y malos, según me pasó.
Primero, (¡y ojalá no lea este artículo mi jefe!), fui directamente a una financiera que me simpatizaba y no comparé más opciones. Este descuido lo pagué más tarde, al darme cuenta de que en otra institución, el primer préstamo que pides no te genera, y solo debes pagar la misma cantidad que te prestaron… ¡ándele! por no comparar.
El trámite y depósito
Lo primero es ingresar al portal y cotizar el préstamo. Por mil pesos a pagar en siete días (que restaban para la quincena) me cobraban menos de 100 pesos; entonces seguí con mi trámite y me registré en el portal.
Durante el registro me pidieron datos personales como RFC, clave interbancaria, fotografías de mi IFE, dos referencias, y una fotografía junto con mi credencial de elector – esto a mí me pareció un poco gracioso – pero a alguien con una verdadera urgencia, no creo que tanto.
Al terminar este proceso, se indicaba que más tarde me comunicarían si procedía o no el préstamo.
Pasaron dos horas y me llamó una señorita muy amable, quien me hizo una serie de preguntas para corroborar mis datos, el motivo del préstamo, el lugar donde trabajaba y mi parentesco con las referencias. Dijo que el préstamo había sido otorgado, y que el dinero ya estaba depositado en mi cuenta, ¡literalmente inmediato!
Lo bueno de un préstamo inmediato
- El trámite en línea es sencillo y rápido.
- Los asesores son muy amables y te aclaran perfectamente todas las dudas que tengas.
- Al ser aprobado, el depósito del dinero es instantáneo.
- Para emergencias y pagos urgentes son una excelente opción mientras llega el día de tu pago.
- No es necesario tener un aval, son flexibles.
Lo no tan bueno…
- Este tipo de préstamos es recurrente en personas que tienen problemas financieros, por esa razón, las cantidades que dan no son tan altas.
- Las tasas de interés pueden hacer que el mismo préstamo se duplique o triplique, según el plazo en que elijas pagarlo (7,15 o 30 días). En mi caso, por mil pesos, pagué un interés de 94 pesos a siete días; si lo hubiera pagado a 15 días el interés sería de 188 pesos, y a 30 días casi se cuadruplicaba el costo total del préstamo.
- Te estarán recordando tu deuda todo el tiempo. Desde que saques el crédito hasta que venza el plazo de pago, recibirás distintas notificaciones, llamadas, correos y mensajes de texto, lo cual no me gustó el lo absoluto, pero supongo es necesario.
Balance general de la experiencia
Un préstamo inmediato es una opción para salir del paso, sabiendo las implicaciones y que no se trata de tu dinero, es un PRÉSTAMO.
No seria recomendable hacer de este método una forma recurrente para solucionar nuestra mala administración financiera.
Utilizar este producto financiero algunas veces y ser buen pagador, inclusive puede ayudarnos a generar una buena calificación en el buró de crédito. Pero si no pagas, además de endeudarte, dañarás seriamente tu historial crediticio, y es menos probable que se te otorguen otros préstamos más grandes en el futuro.