Si bien la palabra finanzas puede sonar un poco incómoda, realmente es porque en ocasiones las personas desconocen su significado. En términos generales, las finanzas son una rama de la economía que estudia las decisiones de personas o empresas sobre cómo administrar sus recursos para gastar, invertir o ahorrar.
Hay diferentes tipos dependiendo de su enfoque. Hay finanzas personales relacionadas con las personas o familias y hay finanzas corporativas, que son las que tienen que ver con la toma de decisiones económicas en las empresas.
Muchas veces, por practicidad, se suelen mezclar los fondos y transacciones de tipo personal con las cuentas en donde se llevan a cabo las operaciones de una empresa. Sin embargo, una buena práctica consiste en mantenerlas por separado. Esto da transparencia en ambos rubros en todos los sentidos. También permite tener una meta clara, tanto en los negocios como desde el punto de vista individual.
Se puede decir que las finanzas personales y las finanzas corporativas son dos disciplinas por separado, pero las dos se centran en analizar el comportamiento, ya sea de las personas como de las empresas, de modo que a lo largo del tiempo puedan manejar sus recursos de una forma autónoma, considerando sus objetivos financieros, los riesgos y los acontecimientos futuros.
Al manejar las finanzas personales y las finanzas corporativas, no solo se debe incluir el detalle de los ingresos y gastos realizados, sino también los productos financieros utilizados. Cuando no existe una correcta administración de todo esto, se puede poner en riesgo la viabilidad de una empresa o el futuro de una familia.
En una empresa, las finanzas corporativas tienen como objetivo incrementar el valor de mercado de la compañía para incrementar el entorno financiero para los accionistas.
Las finanzas personales te ayudan a planificar tus gastos de acuerdo a un presupuesto, evitando tentaciones de las que puedes prescindir con el beneficio de cuidar tu salud financiera para lograr objetivos a más largo plazo, como el ahorro y las inversiones.
Importancia de tener un presupuesto mensual
Los presupuestos dentro de las finanzas son muy importantes. De forma general, es una lista organizada de ingresos y gastos en un periodo de tiempo futuro con el propósito de poder armar un plan que permita manejar las finanzas de forma adecuada, controlar gastos y alcanzar objetivos estratégicos.
En una empresa, los presupuestos mensuales son de gran ayuda, ya que permiten darle seguimiento a los flujos de efectivo en periodos cortos de tiempo, lo que facilita una toma de decisiones dinámica y oportuna. En las personas, un presupuesto mensual se ajusta a la periodicidad de gastos fijos, que por lo general son mensuales, y a los ingresos, que normalmente se miden de forma mensual.
Un presupuesto le otorga a las empresas el panorama actualizado, de modo que la toma de decisiones sea más fácil y fomente el crecimiento del negocio. También las prepara para afrontar los posibles cambios que puedan surgir a lo largo del periodo que se haya establecido. Además, permite la integración y coordinación entre las diferentes áreas de una compañía.
En las finanzas personales un presupuesto te permite controlar tus gastos, de modo que puedas tener unas finanzas sanas gastando de acuerdo a lo que te permiten tus ingresos, adquiriendo disciplina financiera, priorizando y ajustando tus gastos e identificando y corrigiendo los innecesarios, hasta reducir deudas o eliminarlas. ¿Cómo controlar tus finanzas? Definitivamente apegándote a tu presupuesto.
Lleva tu contabilidad mensualmente
El funcionamiento adecuado de una empresa se basa en tener una buena visión del negocio, así como poder controlar una multitud de factores, entre ellos se destacan el control de las cuentas de la empresa y su situación financiera. Es por esto que la contabilidad es un pilar fundamental de la administración de una empresa.
La contabilidad contempla todas las técnicas que permiten recoger todos los movimientos contables de una empresa y clasificarlos en las cuentas, permitiendo conocer en todo momento cuál es su situación financiera, sus beneficios o pérdidas. Cuando llevas tu contabilidad mensualmente, es posible conocer los resultados de un negocio en cada mes o acumulados en cierto momento.
En México, el ejercicio fiscal abarca desde el 1 de enero al 31 de diciembre del año en curso, por lo que el periodo fiscal de la contabilidad se ajusta a esas fechas y los movimientos contables se registran en periodos mensuales.
De acuerdo al Código de Comercio, en México es obligatorio llevar una contabilidad. De hecho, el artículo 33 establece: “Todo comerciante está obligado a llevar y mantener un sistema de contabilidad adecuado”. Además, en la Miscelánea Fiscal del 2017 se hace obligatorio que todas las personas morales y todas las personas físicas con actividades empresariales que rebasen cierto nivel de ingresos anuales lleven su contabilidad de forma electrónica con el objetivo de simplificar la elaboración y manejo de la contabilidad, así como la forma de enterar al SAT por medio de archivos XML enviados al Buzón Tributario. Por ello, cada mes los contribuyentes envían dos archivos de su contabilidad: uno del catálogo de cuentas y otro con la balanza de comprobación.
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