¿Te ha ocurrido que visitas el supermercado y sales con el carrito lleno de cosas que no tenías pensado comprar? Quizá no lo sepas, pero las tiendas están llenas de trucos para hacerte gastar más y cuándo esto se junta con una mala administración financiera, se genera la tormenta perfecta para alargar el ticket.
Cada peso cuenta
Aunque quizá llenar tu carrito no represente un desajuste importante en tus finanzas, mantener este mal hábito provocaría que una cantidad considerable de tus ingresos se desaproveche. Piensa que ese dinero generará mejores rendimientos en una inversión, en tu Afore o en tu fondo para emergencias.
Incluso, si eres una persona que usa las tarjetas de crédito para financiar este tipo de compras, podrías saturar tu plástico con bienes de uso común cuya vida útil es más corta que el periodo en el que terminarás de pagarlos. Si esto parece muy raro, considera que, según la más reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), el 22.6% de quienes tienen algún crédito, lo ocupan para cubrir gastos de comida, personales y pago de servicios.
Si deseas aprender a ahorrar en el supermercado, toma en cuenta los siguientes consejos:
#1 Haz un presupuesto
Tener control de nuestros ingresos y gastos es indispensable. Aplica la regla del 70-30, en la que el 70% de tus recursos se destinan a los gastos básicos como la vivienda, educación, salud y transporte (en este apartado estarían las compras del supermercado). El resto de tu dinero se destina al ahorro, pago de deudas e inversión.
#2 Lleva todo anotado
Las listas para el súper pueden parecer algo anticuadas pero aún son efectivas. De esta manera evitarás olvidar algún artículo importante y podrás centrarte en conseguir sólo aquello que anotaste. Además, podrías acomodar los artículos según prioridad y si puedas darte un gusto que sea dentro del presupuesto.
#3 Limita tu dinero
Para quienes pagan en efectivo, una buena forma de limitarse es llevar el dinero exacto que van a gastar. Sin embargo, si pagas con tarjeta, entonces ve haciendo la suma de tu ticket antes de llegar a la caja y si ves que ya estás por superar la cantidad acordada, comienza a dejar productos o cambiarlos por otros más económicos.
#4 Compara precios
Actualmente puedes consultar el catálogo de productos en las páginas web de los supermercados. Esto te ayudará a planear tu visita y averiguar si conviene o no comprar todo en un mismo sitio. Incluso, existen apps que funcionan como comparador de precios, por lo que sólo tendrás que colocar el producto que quieres y te dirá dónde adquirirlo.
#5 Elige bien tu método de pago
El efectivo y el débito tienen la ventaja de que sólo ocupas el dinero disponible, por lo que no te endeudas, pero podrías quedar vulnerable si no separas tus ahorros en otra cuenta. Considera que algunas tarjetas de crédito te pueden dar recompensas por su uso, incluso algunas tiendas ofrecen facilidades si tramitas y usas el plástico de ese mismo almacén.
No olvides que la clave con el crédito es acordarnos que es un dinero prestado, por lo que tendrás que liquidarlo tarde o temprano. Si ya te encuentras en una situación de impago y deseas liquidar tus tarjetas con tus propios recursos, acude a una reparadora de crédito para solicitar una asesoría.
#6 Evita ir con hambre
Si estás en el súper y miras a tu alrededor, será muy fácil encontrar anaqueles llenos de alimento. Así que llegar con el estómago vacío probablemente te motive a adquirir bocadillos o bebidas que puedas consumir al momento, sobre todo si estás cerca de la caja. Controla tus impulsos y no busques ahí un reemplazo para tu comida.
Los buenos hábitos se componen de pequeñas acciones que realizamos poco a poco. Si la próxima vez que hagas las compras no puedes aplicar todas las recomendaciones, procura integrarlas en tu rutina para que los beneficios se hagan cada vez más latentes.
Esta es una colaboración de Resuelve tu deuda.