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Compré a meses sin intereses con mi tarjeta de crédito, ¡y tuve que pagar de contado!

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Existen mil quejas sobre los bancos y sus tarjetas de crédito, y es cierto: en muchas ocasiones son un dolor de cabeza… pero los usuarios tenemos parte de culpa, ¡no por usarlas!, sino por no saber administrarlas bien.

El mal uso de una tarjeta de crédito no es solamente hacer compras compulsivas, gastar de más o pagar cuando se nos dé la gana. Otra cara de la mala administración es no preguntar cualquier duda que tengamos ANTES de realizar una compra, transferencia o retiro.

La ilusión de una nueva tarjeta de crédito

Hace algunos meses volví a sacar una tarjeta de crédito porque, la verdad,  tienen muchos beneficios. Antes había contando mi mala experiencia con las tarjetas, precisamente por desconocer su uso correcto. Y como en una historia de terror, ¡la volví a regar!

Al tramitar esta nueva tarjeta de crédito, estaba muy contenta con la decisión, pues mi panorama era totalmente distinto: tengo solvencia para pagarla cada mes, sé cuáles son mis límites y el crédito me ayudaría a financiar un vuelo que no podía pagar de golpe. La asesora que me atendió en el banco, me dijo que mi primera compra podía ser a 6 meses sin intereses, lo que me pareció perfecto.

Quedarse con dudas es igual a equivocarse

Cuando me dieron las especificaciones de mi nueva tarjeta de crédito, yo hice las preguntas básicas (fecha de corte y pago), además de saber si era posible pagar desde mi aplicación móvil sin costo extra – para no ir al banco- y si me llegaría el estado de cuenta o podía verlo por internet; a lo que amablemente me respondieron todo.

Entre tanto, yo no paraba de pensar en el vuelo que podría pagar tranquilamente en 6 meses ¡sin intereses!… aunque justamente no pregunté los términos de esa promoción; ni recuerdo que la vendedora me explicara más sobre el tema.

La “trampa” de las condiciones

Me fui a casa con la nueva tarjeta y estuve cazando una buena oferta para mi vuelo; aunque lamentablemente el precio rebasaba mi límite de crédito. Como no me funcionó para ese propósito, decidí sacarle provecho a los seis meses sin intereses que aún tenía. Soy corredora y no dudé en comprar unos tenis con esa promoción, ¡compra perfecta!

Realicé otros gastos, tomando en cuenta que tendría que pagarlos todo, más la mensualidad de mis tenis, además del primer pago diferido de la anualidad. Hasta allí, todo bajo control.

Mi fecha de corte es el día 7, por lo que mi pago siempre se hace el 27 de cada mes. Cuando entré al portal para revisar el monto de ese mes, quedé en shock: ¡me requerían el pago total de TODAS las compras del mes, incluida la supuesta promoción de “6 meses sin intereses”! Furiosa, me comuniqué al banco y, tras un rato largo y desesperante, logré dar con departamento adecuado.

Después de muchas personas al teléfono, finalmente un asesor me explicó que mi promoción de compra a 6 meses sin intereses SOLO aplicaba durante los primeros siete días de haber tramitado tarjeta de crédito. Por más que hice memoria no recuerdo que me hayan dicho eso cuando me la dieron; pero, volviendo al punto, yo tampoco lo pregunté cuando debía.

Y ahora, ¿cómo solucionar el error?

El problema ya estaba en mi cuenta. Pregunté al asesor cuáles eran mis opciones, y me ofreció una solución que quizá a muchos nunca nos había pasado por la cabeza: poner el saldo a plazos fijos, y hacer el pago mínimo para que pudiera aplicar. Se generaría un pequeño interés, pero nada comparado con que los intereses mayores por no pagar el saldo total, que además volvería a  dañar mi historial crediticio.

La cuenta quedó a 4 plazos fijos accesibles, de $980. Puedo realizar compras cada mes, pagándolas junto con la mensualidad de mi plazo fijo sin generar más intereses.

No me quedé con la duda y revisé mi estado de cuenta: el banco hizo una especie de abono por el total, y después apareció el mismo saldo pero diferido a 4 plazos; o el plazo que cada cliente establezca.

No creo que los bancos sean unos ‘santos’, pero si queremos disfrutar de sus beneficios hay que volvernos expertos, llevar bien nuestras cuentas y preguntar cualquier duda, ¡sobre todo los detalles que te puedan parecer más raros! Después me enteré que por aclaraciones algunos bancos también cobran, ¡hay que estar atentos siempre!